domingo, 22 de agosto de 2010

CUENTAME UNA DE VAQUEROS

Les contaré algo. Cuando fui registrado se equivocaron en mi acta de nacimiento, en lugar de poner una “n”, por error de dedo o falta de una buena visión la estúpida mecanógrafa puso una “M” y entonces mi apellido cambió.
Mi mamá se dio cuenta de esto hasta que fui al parvulitos (o sea güey, el kindergarten) pero ya las rucas que me amaestraban para poder tomar las crayolas y rayar el baño de las niñas, la asustaron con ideas extravagantes sobre mis talentos ambidiestros. Incluso, no falto alguna que le pregunto sobre los supuestos rituales cristianos y al obtener la oportuna respuesta negativa, juraba que “así le había pasado a una amiga de una prima suya, que tuvieron que limpiarla con muchos huevos, muchas hierbas, muchos charlatanes brujos”. Pero eso si la Miss bien católica.
Entonces mi padre viajaba tanto y mi madre siempre envuelta en llanto no le quedaba de otra que aceptar las miserables muestras de amistad de sus secuaces del kindergarten, que de paso le causaban intriga sobre la inconstante presencia de mi padre, mamás de amigos y amigas mías, haciendo gelatinas multicolores, adornos de migajón de pan que con pegamento endurecía y creaba las esculturas más horrendas y demoniacas que mis ojos pudieron contemplar en mi niñez, incluso vendía bolsas de piel de cocodrilo con un catalogo que llevaba a todos lados, incluso cuando íbamos a misas.
Y así pasó el tiempo… y mi mamá jamás cambió mi apellido, así mi certificado de la primaria y secundaria quedo con este nuevo apellido mío, del que tanto mi mamá se cacareaba, mi abuelo se avergonzaba porque solo tuvo una hija y ningún varón y creía perdido el apellido y encima de todo ya en la secundaría, mi padre abandonó definitivamente a mi madre y mi abuelo gritó cuando se enteró de la negligencia de mi madre “y para eso se llamó Cocter, para que su imbécil padre te abandonará, sin dejarte un quinto y con un apellido mierda de perro de mediana estatura, y encima de todo, eres tan pendeja que no pudiste leer su acta de nacimiento, encantada de que ese zorro astuto te hiciera un hijo”
Mi madre trabajaba mucho porque era muy orgullosa y jamás acepto la ayuda de mi abuelo. Mi abuela nos llevaba a escondidas comida, y a pesar de que no me desagradaba estar solo casi siempre en mi casa, ya los buenos goces de la adolescencia me pusieron un par de amigas “para invitarlas a ver películas en mi VHS en casa” Y aquí es donde aprendí a contar las de vaqueros.
Y entonces me aprovechaba de mi apellido mamón con falta ortográfica a la negligencia mexicana. Si las nenas hubiesen sabido que mi mamá trabajaba como vil burócrata en la SEP tramitando pensiones para pendejos maestros huevones, y que le pagaban bien poquito, que casi comía huevo todos los días. Bastaba ver donde vivía, un multifamiliar horrible con unas plantas moribundas y cuatro gatos que se ponían mas avispas que yo y cuando me quedaba dormido se tragaban lo que mi abuela dejaba sobre la mesa. Pero las Girls bien emocionadas me creían todo lo que yo les decía. Que mi papá tenía pedos con Hacienda y estábamos huyendo de la Ley entonces, teníamos un chingo de varo pero estábamos haciéndonos los incautos. A otras les dije que mi padre había muerto, pero que toda su fortuna la había dejado intestada y por eso pasábamos hambres… “pero espera que los abogados lo arreglen, cosa de un par de meses y verás todo lo que te compro”. A las más hard de plano les decía “mi mamá le dio una lana a la del registro civil para ponerme estos apellidos, porque no quería que fuera uno más, pero la neta mi mamá se apellida Pérez”. Y todas, todas, me besaban.
Ya en la Universidad, no falto el maestro gandalla que se mofaba de mis apellidos, que estaban mal escritos, que si raza de perro, que si era el Lord naco de México, que sí muy, muy, que si tan, tan, que etcétera, etcétera. Y yo aunque me cagaba muy en el fondo sus pinches bromitas pendejas, siempre le contestaba ¿pero qué culpa tengo yo? así me toco llamarme. Y peor, el maestro exhibía mi falta de huevos ante todos y yo solo reía como pendejo. Pero las nenas se acercaban, “si, si, es un puto, si, si, dale chance, si, si… oye se te ve muy bien esa minifalda, si, si, déjalo ser, oye ¿dónde vives?”.
Soy un pinche patán, si. Pero también las womans ¿de dónde sacan que porque tienes un apellido raramente naco puedes tener lana? ¿o qué ondas de pensar “qué chido se escucharía este apellido a mi hijo”? ¿y si soy un hijo de la chingada? Pues el bastardito tendría mi apellido eso no importa.
Me cague cuando supe que mi papá tenía otra familia, y que las bastardas (con las que ahora me llevo muy bien) gozaban de una vida que mi madre y yo jamás habíamos tenido. Me cague tipo infección por comer en la calle en puesto con bolsas de agua para las moscas, cuando me enteré que todo ese tiempo mi padre había mandado dinero a mi madre para mantenerme y mis estudios. Me cagué al pensar que nunca tuve un pinche quinto para invitar a una chica al cine, y yo siempre bien pinche estudiosito no trabajé hasta los 21 años y hasta entonces supe lo que era invitarle una torta a una chava.
Pero mamá dijo: “si te lo oculte fue por algo, y no entenderías” –A huevo, soy pendejo.
Mi papá dijo: “me fui porque tu madre y yo no podíamos seguir así, pero siempre te he amado” –A huevo que sí daddy.
Mi profe dijo: “Lo aprobé señor Cocter, porque es un buen estudiante, si fue uno de los dos que aprobaron la materia es porque se lo merece, no por mis chascarrillos” –A huevo puto, soy un pendejo, por eso pase.
Mi amigo dijo “estaba pedo wey”, mi chica dijo “estaba peda”, el valet parking dijo “ya estaba rayado jefecito”, mi jefe dijo “a nadie le he aumentado wey”, mi abuela dijo “tu abuelo jamás pensó eso de ti mijo, aunque no fueras hijo de mi hijo, te queremos”, y así, aprendí a sonreír, y tramitar sonrisas.
Obvio que todos los cabrones hombres cacareamos ¡te amo! ¡te quiero un chingo! ¡anoche pensaba en ti ¡ ¡me voy a casar contigo! ¡eres la única! ¡yo jamás haría eso! ¡disculpame, jamás lo volveré a hacer, lo juró por mi mamá, que mi papá se muera, que se me caigan los huevos, que me vuelva puto si lo vuelvo a hacer! ¡es que no soy perfecto, soy un ser humano, no me exijas tanto, yo te amo!
Y, etcétera, etcétera.

martes, 13 de julio de 2010

El arte de chupar es complicado.

Felicitas menea su carita y le pone una sonrisita a su mañana. Sale del elevador con su torta de tamal en la mano ¿esa es mi secretaria? Esta tan pequeña que si no sonriera sería insignificante. Miro hacia abajo “Felicitas, que bien te alimentas”.
Y Felicitas se limpia la boca y trata de hablar, algo que entendí “si licenciado ya esta la sala preparada, todos ya llegaron, bla bla bla”
Y empieza la capacitación, a lo lejos veo a Felicitas, sigue comiendo, con mi mirada felina la interrogo ¿porqué sigues tragando? Felicitas me saluda y otra vez sonríe.
Es medio día, y el break llega. Felicitas se me pega como gato restregando, quiere que la invite a desayuna ¿tragas tanto Felicitas? Vamos por unas donas y un café para todos, pero ella agarra unas papas saladas y un chocolate ¿me lo dispara licenciado?
Casi termina el día, estos días de capacitación son muy rudos, Felicitas esta dormida en el último asiento, mis ojos de ira felina no la despiertan.
Llega mi jefe, “vamos a tomarnos un drink con un posible cliente”. Ya esta Damián (así se llama mi pedisimo jefe) vamos.
Y Felicitas brinca como si le hubieran puesto un resorte en la cola ¡yo voy! Mi ojete jefe la mira como diciendo “¿tú?”. Y me mira como diciendo ¿porqué la contrataste? Esta chaparra, esta chistosa, esta medio dormida…
Oye Damian Felicitas es super buena negociadora caray, se toma una y la llevo a su casa de volada.
Ok Cocter pero solo una.
Pinche wey mamón, me pidió que contratara una gataza para el puesto, pero Felicitas era lo mejor que encontré, claro la fachada no es muy buena pero es bien eficiente la mujer, sólo que hoy, pues no había nada importante (según yo)
Trepate al carro Felicitas. “Hay licenciado me encantan los carros rojos, pero no le da calor manejar con un carro rojo”. Por Dios Felicitas aún no estas ebria ¿por qué dices tanta puta mamada? No, cómo crees nada que ver el color.
Y llegamos, Felicitas se trepa de mi brazo como pinche monkiki “hay licenciado, esta bien bonito aquí, ha de ser bien caro, se ve toda la playa, y yo en estas fachas” No te preocupes Felicitas, nosotros no pagamos, paga la empresa… (para qué dije eso)
El cliente “chino”. Uta madre, pos yo me la rifo hablando Inglés, y en el momento pensé, ok, Felicitas se va a callar el hocico. Mis predicciones fallan. 3 tequilas y Felicitas hablaba hasta chino.
El chino bailaba salsa con Felicitas, ella se despeino y se desabotonaba la blusa, el chino le aplaudía. Damián se acerco a mí, puta madre, me van a correr.
“Cocter no se de donde te sacaste a esta hobbit , no la vuelvas a llevar a otra cita, pero por ahora que bueno que la trajiste”
Diablos…
Felicitas abre su bocota con el chino ¿has tomado mezcal mi chino?
Es casi medio día, Felicitas no ha llegado a trabajar, pero ha hecho un buen trabajo desde donde este. Han llegado los documentos para firmar el convenio con el chino.
En cuanto venga el chino afirmar, supongo que se aparecerá con Felicitas. Voy a correr a Felicitas.
He dicho, piensen lo que quieran mis estimados lectores, me vale pito.

lunes, 12 de julio de 2010

Calladita te ves más bonita

Me gustaba cuando dormía. Si estaba cansada, sólo dormía, boca abajo desnuda, sin meterse a la cama, el cabello enmarañado y cuando estaba ebria sudaba y esas supurantes gotas me excitaban.
Una tarde llovía, llegué de trabajar y la encontré de la manera que les he relatado, preocupado por no estropear el traje de obrero nice de oficina mis ojos solo la miraron unos segundos pero la imagen de sus nalgas redondas y bien paradas quedaron impresas mis pensamientos, me sacaba los zapatos empapados, y comenzaba una canción que no me agrada. La corbata se me atoro mientras la jalaba, escurriendo agua de lluvia. Quise llegar rápido al reproductor para quitar la canción. Me atoré con todo, entonces la mire. La conozco tan bien que se que sabía que yo estaba allí, frente a ella, arreglándomelas para estar cómodo, tranquilo y seco.
Cuando estuve desnudo quise estar arropado así que tome un abrigo y me lo coloqué.
Frente a ella quería agarrarla. Mis manos heladas la despertarían, ya tenía una erección considerable, se que le hubiesen gustado a sus ojos hipnóticos se me hubieran mirado, pero no hacía falta su contemplación, tremendas nalgas bien formadas, con esas piernas delgadas, que caliginosas yacían en mi cama me invitaban a ser un desconsiderado amante y manosearlas, pegarles levemente, lamerlas, escupirles, entrometerme en sus líneas. Tome mi falo y lo pase por su espalda, casi encima de ella procuré no tocarla con otra parte del cuerpo, ella en un resoplo de vida, me permitió seguir mi camino hacia su cintura delgada, que siempre me ha gustado, llegué a sus nalgas y me detuve, queriendo penetrarla pensé en la perfecta situación y elite de su cuerpo.
Penetrarla era vagamente aceptable. Mis manos aún frías no pudieron más y tome ambas nalgas tan fuerte que si no estaba despierta, juró que la desperté, pero ella no se movió, sólo sentí su piel que se estremecía, caliente recibiendo mi helado temperamento, me senté a su lado y me masturbe tocando sus nalgas. Las mordí un poco, las lamí, la tentación de hundirme en sus cavidades me afligía pero recordaba, cada que la veía con esas ropitas encantadoras, vestidos ceñidos negros, que le apretaban el cuerpo haciéndola glamurosa, esos jeans ajustados llegando hacia mí con sandalias bien escogidas donde muestra sus uñas negras bien pintaditas. Esas veces cuando vamos a cenar y te levantas para hablar por teléfono o al baño y siguiéndote noto las miradas masculinas sobre tu impetuosa cola que en ocasiones he tenido una erección viendo los ojos libidinosos de mis contrincantes, a los que desprecias pero notas. Y me pregunto ¿qué estarán pensando? Lo mismo que yo, las tremendas ganas de poner las manos y la verga en ese culo tan perfecto. Te ves tan fresa con jeans, y tan cachonda con tus vestiditos negros.
Y mientras pienso mi falo está más duro, ella no se mueve ni un milímetro, jugar a la dormida, es me gusta, entonces me dejará hacer lo mío. No tengo que seducirla, no tengo que decirle cuanto la amo, o lo deliciosa que es, o que tiene los senos como manzanas de medio kilo bien maduras y comestibles, ahora no ocupan en mi trabajo, aunque pienso ligeramente en el vaivén de sus pechos al montarme, en su boca húmeda y las mordisqueadas que le da a sus labios cuando ella se viene sus nalgas hoy son lo mejor que hay en el universo. Un dedo mío quiere distraerse y buscar su coño que supongo ya está caliente y listo, pero no debo excitarla, no podré entonces derramar mi leche en su cuerpo.
Mientras más cerca estoy de terminar mi egoísta trabajo, más pienso en ella, en su voz, pero ¡que encantadora es dormida! ¡más encantadora haciéndose la dormida!
Todas esas cosas sucias que dice, esos ojos volátiles que despiertan a cualquier hombre en su pasividad molesta de apatía por el erótismo. Quiero lamerla toda, quiero introducir mi lengua, abrir las piernas y tomarmela toda ella. Su olor, es eso lo que me hace volar, su sabor, necesito su sabor en mi boca, en mi verga pero estas nalgas.
Estas nalgas que son perfectas que han entrado a todos los concursos cada que la odio y siempre gana el primer lugar, que no te lo diré jamás porque de por si eres una mamoncita creída, pero tus nalgas tienen el primer lugar de todas las nalgas que he visto y he manoseado.
Y les pego, y tu no dices nada, brincas un poco pero calladita te ves más bonita, hoy estas preciosa mi amor. Calladita.
Y las muerdo y ahora si tienes que reaccionar. Un gemido salió de ti pero en lugar de sufrir, levantaste más el culo y eso me ha puesto mal.
Mi semen se riega entre tus nalgas, mi eco se ahoga con mi sentimiento pernicioso, todo me da vueltas, necesito un vaso de agua y me levanto.
En la cocina busco una soda que te guste. Y yo tomo agua.
La llevo a ti, pero sigues inmutada. Veo ríos blancos recorrer tu cuerpo y toco, embarro todo en ti, sigo bebiendo agua por minutos viendo como se seca en tu cuerpo y me recuerda lo feliz que era en kínder garden cuando jugaba con engrudo.

domingo, 30 de mayo de 2010

Señor Inestable

Estancado en este país semi-extranjero, el hotel no lo he elegido yo, sin un apice de conocimiento sobre hosterías, pero me gustan los muros altos el recoveco que siembra mi voz y el sonido televisivo, maltratando mi hombría.

Escribo y estudio en este país semi-extranjero. Trato de tener mi dormitorio un poco ordenado porque sé que no soy el único que tiene la llave.

El primer día salgo a mis clases y vuelvo a mi cuarto por la noche: las toallas están ordenadas y cambiadas, la cama está tendida, la cortina falsa cerrada y la ventana a medio abrir. Esto es algo normal, tengo que decir. Los hoteles tienen que tener personas que acomoden los cuartos de los huéspedes. Pero yo espero que sea una mujer... Y empiezo a fijar en las huellas de trabajo, como un policía criminal, pero enamorado. Tiene que ser una mujer.

En los días posteriores siento algunos detalles: mi cepillo dental está dentro de un vaso, los vasos que lavé están secados y guardados, y el pequeño oso de peluche que ingenuamente acompaña mis viajes, ha cambiado de lugar. Debe de haberle gustado. Tiene que ser una mujer.

Las noches en mi cuarto empezaron a tener un ambiente de detalles. Sentía que una relación extraña empezó entre ella y yo, un secreto de paredes, un encuentro de dormitorio.

El domingo era mi día de descanso y los hoteles tienen la costumbre de descansar también. Me desperté temprano y empecé a navegar por Internet desde mi cama. Estaba en el laberinto informativo de Wikipedia, pasando de Adolfo Hitler a Eva Braun, y de ella a la sobrina del primo, y de ella a Nietzsche, y de Nietzsche a Wagner, y de Wagner a escuchar la cabalgata de las valkirias. Escuchaba con mis audífonos nuevos y sumergido en mis pensamientos. Y en las cabalgatas de estas guerreras, ella se apareció.

Asombrada y aterrada. Daba por hecho mi ausencia y yo la suya. Fueron dos segundos de silencio sepulcral, casi espacial. No nos dejamos de mirar. No nos hemos dejamos de recordar

lunes, 17 de mayo de 2010

No soy impotente, solo algo distraido

Estabamos cagandonos de la risa con aquella platica. La mesera dichosa de ser bonita, nos entretenía con sus anécdotas, que si no ser porque vivimos en el 2010, hubiésemos jurado que era el conejito de indias de Froyd. Que su padre toda la vida la jodia con que te pareces tanto a tu tía, que era con la que me quería casar, no con tu madre, pero ya que, me case con ella para estar cerca de tu tía y resulta que tu tía no salió lesbiana, que la seguí amando hasta que la vi besándose con un transexual, y entonces no entendí nada, pero te pareces tanto a ella, que me acuerdo cuando era joven. Su risa era estúpida me hacía reír más que su relato idiota. Escupía cuando hablaba y no dejaba de enrolarse el cabello en el dedo y se le atoraba en las uñas postizas ridículas que traía, me presumía sus pecesitos en ellas y yo solo decía, lindas, bellas, lindas, bellas, pero ¡su chicle! Era lo mejor de todo, lo pasaba de un lado a otro de la boca y dos veces se lo clavo en las uñotas, lo hacia bolita y lo regresaba a la boca. Genial la vieja. Y la regañaron por estar en la mesa de cuatro hombres cautivándolos. Pero ella si sabe de propinas.

Brindar con gente nueva es extraño, dos hombres extraños que dicen ser mis cuñados y un agregado. Todos tratándome bien, invitándome la noche. Honestamente yo tenía ganitas de salir y buscar una dulce mujerzuela, pero era descortés hacerlo en esta ciudad nueva para mí y mi nueva familia y no tengo esos hábitos pero al mismo tiempo me hacia saber mi conciencia, que aquí nadie me conoce y si me voy a meter con una prostituta que sea en esta ocasión, lejos de mi habitad natural. La mesera era demasiado dura para mí. Ellos miraban mientras ella nos deleitaba con su simia plática sus revoloteantes senos, a mi los senos grandes nunca me han gustado, pero me gustaba ver aquella primicia familiar morbosa, por lo tanto yo me unía a admirarlos.

Al salir pensé que nos dirigiríamos a casa de mi padre, donde estoy hospedado y contento con mi nueva familia que pensé que me odiaba por años. Pero no, ellos cacarearon como gallinas drogadas y felices vamos a casa de Tifanny. ¿Tiffany dije yo? Vamos a casa de Tiffany.

Quiero pensar que mis cuñados, claro en proceso de legalizar su estado civil y hacerlo valido, pensaron al igual que yo “este wey esta difícil que lo veamos otra vez”. O… de plano son muy malos con mis hermanitas, que he de mencionar… son medias hermanitas. La neta mis hermanitas me valen madre. Mis cuñadazos me caen muy bien. La tal Tifanny resulto ser una mujer abominantemente escultural, y expreso mi desdén porque es tan alta como yo, que con tacones es una super mujer con una cintura ridículamente pequeña, senos puntiagudos y piernas de avestruz, bella pero exagerada, gu-a-ca-la. Pero Tifanny se la sabe de todas todas. Con un re ojo nos eligió a las chicas más apropiadas para cada uno, jaja, las de mis cuñados se parecían a mis hermanas, y a mí, carajo que buen ojo, me eligió “la más fea, según mis cuñados” una bella mujer pequeña, delgada, morena, justo para mí, pero hay mamita, cuando estuvimos a solas se transformo en un monstruo sexual y la cortesía de la casa me había puesto sobre una mesita con bugambilias una bebida extraña que con gusto la tome y con disgusto la vomite. Le dije a Milka (así se llamba la bella mujerzuela-scort) ¿me quieres besar así? La boca me la había enjuagado, lo mas que pude y la perra me dijo no, yo no doy besos. Uta madre, en todo el mundo son igual de malvadas, nunca dan besos. Dije pues bueno. Pero mi aparato reproductor masculino no funcionó. No se si porque sentía que mi papá que no había visto en 8 años me regañaría o se daría cuenta que me porte mal (que imbécil soy) o porque era complice de la infidelidad hacia mis hermanitas que me valen madre según yo) o porque nunca me había metido con una piruja (según yo también) o…

Dice mi conciencia que me deje de hacer pendejo, no es la primera vez que me pasa, el alcohol, ¡alcohol! Maldito alcohol. Ya me ha pasado varias veces ¿a quién no? Y si alguien me comenta mi post con que a mi no, lo voy a poner en un altar, después lo voy a embriagar y le pago la scort mas rica que haya en su ciudad, si logra copular con ella, le pongo otro altar frente a la basílica de Guadalupe, pero si no, le rompo su jefa, así de fácil.

¿o no les ha pasado? Jaja ¿cuántas veces les ha pasado?

Va a amanecer, extraño mi mundo, las mujeres que si dan besos y tienen sexo conmigo nomás porque soy chido. J

sábado, 6 de febrero de 2010

mis sagradas grocerias

No mancheeeeennn!!!

Eso esta ¿correcto? Mi vieja se emputo por mis puts palabrotas de verga!

vale madres, usted vera a continuación una muestra de lo que los hombres podemos decir y no nos causa repelus alguno, pero ladys... sigan leyendo no es nada contra ustedes, aunque quiero hacerles ver algo.

Jugando con mi amigo, ya betabel como su servidor, llegador a las 4 decadas, nos orgasmiabamos con unos suculentos putazos de machines en las costillas, diciendo como nenas, sacando nuestro lado androgino ¡no, en la cara no, que de eso vivo! y mientras el público que se trataba de mi señora madre y mi vieja (que atención, no le digo vieja porque este ruca o por cuestión despectiva sino poque sino a uno lo tachan de joto si digo mi noviecita) riendose como dulces guacamayas, y en eso mocos verdes! que se oye un sonido tronador, así como si ubiese tronado una ramita en medio del bosque, no mamen pos al pendejo de Gerardo, así llamase mi amigo delicado, se le rompió una costilla, ya supinos después el diagnostico en el hospital, y ahora no lo bajo de puto, chillón, nenita y todos los anexos que debemos hacerle lso machines a los compas.

La cosa es que mi madre y mi vieja (pinches viejas) me la hicieron de terror cuando ya paso el drama, que porque yo grite, vale verga wey, no wey ya te chingaste, ya valiste pito, esta re pitudo el madrazo, ya te la metí wey, no mames soy el que se te fué sin pagar...

Me caé que todo lo dije... si por puto maricón porque no sabía donde había dejado las llaves, porque había mucho trafico, porque en el seguro social no lo admitian rapido, en resumidas cuentas, porque estaba nervioso

Vale verga, después de todo eso tuve que soportar a mi vieja la cantaleta de que las grocerñias son feas, vale verga, que si tenemos un día un hijo, que el puto ejemplo que le voy a dar es el indicado, vale verga, que si debo respetear a las mujeres, vale verga, que si... "te te empinas y te la meto" le dije.

Y me dijo "no quiero tratar con una persona como tu"

no mamen pinche vieja, ella con sus respiraciones de yoga hubiera podido, yo, a huevo que necesite mis sagradas grocerías, me cae que si un día de estos me la cojo y le digo que quiero remojar mi brochita en su... no mamen, creo que ya no tengo novia

lunes, 25 de enero de 2010

me saca ronchas el amor

1.- ¿por qué somos infieles?
2.- Es muy injusto reclamar algo que nosotros hemos hecho ¿de dónde sacamos valor para acusar de algo que no estamos seguros?
3.- ¿qué porcentaje de parejas serán fieles?
4.- ¿existirá aún alguna persona que crea en la voluntad de otro?
5.- ¿para qué sirve la fidelidad?
6.-¿si no eres fiel, no amas?